El flujo de proceso para la gestión de problemas es un esquema estructurado que guía la identificación, análisis, resolución y seguimiento de problemas dentro de una organización. Inicia con la detección del problema, seguida por la recopilación de datos y análisis para comprender su causa raíz. Luego, se desarrollan y aplican soluciones efectivas, seguidas por la verificación de su eficacia y la implementación de medidas preventivas. Finalmente, el proceso incluye la documentación detallada y la retroalimentación para mejorar continuamente los procedimientos. Este flujo de trabajo asegura una gestión eficiente y proactiva de los problemas, optimizando la productividad y la calidad del servicio.
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