Configurar un proxy reverso implica establecer un servidor intermediario que gestiona las solicitudes de clientes hacia servidores internos. A diferencia de un proxy regular que dirige el tráfico de los clientes hacia el exterior, el proxy reverso redirige las solicitudes externas hacia los servidores internos correspondientes. Esta configuración optimiza la seguridad y el rendimiento al ocultar la estructura interna de la red y distribuir la carga de trabajo de manera eficiente. Los administradores de sistemas suelen implementar proxies reversos para equilibrar la carga de servidores web, mejorar la seguridad al filtrar el tráfico no deseado y proporcionar servicios de caché para acelerar la entrega de contenido.
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