Los mapas conceptuales son herramientas poderosas en la educación científica, sirviendo como representaciones visuales que organizan y estructuran el conocimiento. Son particularmente efectivos para mejorar la comprensión científica y hacer que la información compleja sea más accesible.
Los cuatro tipos principales —Mapas de Araña, Diagramas de Flujo, Mapas Jerárquicos y Mapas de Sistemas— sirven para diferentes propósitos, desde la lluvia de ideas hasta el mapeo de procesos. Esta guía explora sus estructuras, usos y ejemplos para ayudarte a elegir el más adecuado para tus necesidades.