La planeación estratégica es el proceso mediante el cual una organización define su estrategia o dirección y decide cómo asignar sus recursos para implementarla. Incluye la formulación de objetivos a largo plazo, la identificación de oportunidades y amenazas, y la determinación de rutas de acción para lograr los objetivos deseados.
Este tipo de planeación conlleva a un gran número de ventajas que pueden cambiar el desempeño y la productividad de una empresa. Estos pueden ser:
Claridad en el Dirección: proporciona una visión clara y compartida, alineando a todo el equipo en torno a objetivos compartidos.
Eficiencia en la gestión de recursos: permite una asignación más eficiente y consciente de los recursos, lo que reduce el desperdicio y maximiza el retorno de inversión.
Mejor Adaptación al Cambio: ayuda a las empresas a reconocer las tendencias y los cambios en el entorno empresarial, lo que les permite adaptarse y mantenerse competitivos.
Anticipación de Oportunidades y Amenazas: La organización puede anticipar oportunidades y amenazas a través del análisis del entorno y prepararse para aprovechar las primeras y mitigar las segundas.
Mejora del Desempeño Organizacional: Se pueden establecer indicadores de rendimiento con objetivos y estrategias claras para medir el progreso y promover la mejora continua.
Mayor Compromiso del Equipo: Participar en el proceso de planeación estratégica fomenta la motivación y el compromiso del equipo y mejora la comprensión de los objetivos de la empresa.
Resolución de disputas: Facilita la resolución de desacuerdos y malentendidos, minimizando el tiempo y los recursos perdidos en discusiones improductivas.
Mejorar las relaciones de trabajo: Promueve un ambiente laboral más armonioso y productivo, construyendo relaciones basadas en el respeto y la confianza.
Aumento de la productividad y la eficiencia: La mejor coordinación y colaboración de los equipos fomenta la productividad y la eficiencia de la organización.
Proceso de Planeación Estratégica
La planificación estratégica de una empresa debe ser liderada por un pequeño grupo de cinco a diez líderes principales. Aunque otros miembros de la empresa también se involucraron, este grupo, también conocido como comité de dirección, redactará el plan estratégico y supervisará el análisis previo. Se pueden iniciar los cinco pasos fundamentales del proceso de planificación estratégica una vez que se haya establecido este equipo.
- Análisis de la Situación
Se comienza evaluando el estado actual de la organización. Aspectos internos (como la estructura de la organización, los recursos disponibles y los procesos actuales) y externos (como el análisis de la competencia, el mercado y el entorno económico y social) pueden incluirse en este análisis.
En esta etapa, se utilizan con frecuencia herramientas como el análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) o el análisis PESTEL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ambiental y Legal), que ayudan an identificar los factores que pueden afectar el éxito de una organización.
- Establecer Objetivos
Después de analizar la situación, el siguiente paso es establecer los objetivos de la organización a largo plazo. Estos objetivos deben seguir la ideología SMART; es decir, ser claros, medibles, alcanzables, relevantes y calendarizados. Los objetivos no solo deben estar relacionados con los resultados financieros, sino también con factores como la sostenibilidad, la satisfacción del cliente y el desarrollo del personal.
- Crear una estrategia
El desarrollo de una estrategia implica establecer qué hacer para lograr los objetivos. Esto puede incluir la creación de nuevas reglas y procedimientos, la reorganización de la organización, la adquisición de nuevos recursos, la introducción de nuevos productos o servicios o la penetración en nuevos mercados.
En esta etapa, es fundamental tener en cuenta las limitaciones y restricciones que se encontraron durante el análisis de la situación, así como la capacidad de la organización para adaptarse a los cambios en el entorno.
- Ejecutar la estrategia
Las ideas y planes se ponen en práctica en la etapa de implementación de la estrategia. Esto puede incluir la asignación de tareas, la gestión de los recursos, la monitorización del progreso y la comunicación constante con todas las partes interesadas.
Mantener a todo el equipo unido y comprometido con los objetivos estratégicos es crucial, lo que requiere un liderazgo sólido y una cultura organizacional sólida. Además, es fundamental contar con herramientas de gestión de proyectos y tareas como Creately que faciliten la colaboración y el seguimiento del progreso.
- Análisis y gestión
La evaluación y el control son la última etapa del proceso de planeación estratégica. Esto implica medir el desempeño, comparar los resultados con los objetivos establecidos y hacer los cambios necesarios.
El control debe centrarse no solo en los resultados, sino también en los procesos y actividades que los llevan a cabo. Para lograr esto, es fundamental establecer indicadores de gestión que muestren el desempeño tanto operativo como estratégico.
Conclusión
Podemos concluir que este tipo de planeación busca destacar en un entorno competitivo y en constante cambio. Abarca un enfoque integral que incluye tanto factores internos como externos y requiere la participación activa de todo el equipo. Se puede trazar un camino hacia el éxito a largo plazo mediante el análisis riguroso, la definición de objetivos claros, la implementación efectiva y la evaluación continua. Te animamos a participar en este proceso crucial para tu organización y nos compartas tus experiencias en la sección de comentarios
